La apicultura está en riesgo por la contaminación y la falta de alimentos adecuados para las abejas.
Por Kim Flottum, especial para CNN.
(CNN) — No es novedad que las abejas mueran. Tampoco es nuevo que los apicultores acepten que, en promedio, el 30 %de sus colonias morirá cada primavera. Sin embargo, sí es novedad que mueran más de la mitad de las abejas de Estados Unidos, casi al mismo tiempo. Eso ocurrió esta primavera.
Los científicos han dado a este desastre el pegajoso e incluyente nombre de Trastorno de Colapso de Colonias. Describe los síntomas, pero no la causa.
Los síntomas son claros. Cuando examinan las colonias, a principios de la primavera, un día tienen muchos adultos, una reina en estado aceptable y una sana proporción de abejas jóvenes listas para emerger y volverse adultas.
Pero una semana después, los adultos se han ido. Desaparecen así nada más y dejan que las jóvenes emerjan a un mundo moribundo.
Hasta ahora se ha atribuido la desaparición de abejas a un montón de causas, pero no ha sido detectada la explicación exacta de este fenómeno.
Las laboriosas abejas mal alimentadas y poco sanas están expuestas al daño que les ocasionan los hematófagos ácaros Varroa, que además de lastimarlas, infectan a cada abeja a la que muerden con un virus que suprime el sistema inmunitario.
A esto hay que agregar una enfermedad bacteriana que devora las entrañas de una abeja y la destruye desde adentro.
Los apicultores implementan costosos controles contra los ácaros, los virus y la enfermedad intestinal; cuando se aplican adecuadamente, pueden reducir a un nivel aceptable hasta al peor de los problemas, siempre y cuando las abejas estén lo suficientemente sanas.
En el caso de los humanos, si dormimos poco, llevamos una dieta mala y soportamos demasiadas presiones, nuestros niveles de estrés aumentan y sucumbimos ante enfermedades que un sistema inmunitario sano podría manejar fácilmente. Entonces, enfermamos.
Ocurre lo mismo con las abejas. Su mundo está lleno de estrés.
La transportación en camiones afecta su capacidad para producir el alimento que sus larvas necesitan. Los daños que ocasiona el Varroa acortan su vida en una proporción elevada.
Los virus restan días de vida a las abejas. Si agregas la enfermedad intestinal, su vida se acorta aún más. No olvides los compuestos que los apicultores deben usar para impedir que el Varroa acabe con una colonia. Están matando a un bicho en un bicho. Nuestras abejas están rodeadas por cosas que les provocarán la muerte.
Pero en mi opinión, el principal problema es el estrés que ni las abejas ni los apicultores han controlado.
Para prosperar, cualquier organismo tiene que estar 100% fuerte, y eso empieza con una dieta saludable. Los apicultores tienen un dicho: Si hay suficiente comida buena, en el momento correcto y en el lugar correcto, tus abejas estarán sanas, prósperas y sabias. Básicamente, el sistema de alimentación de las abejas no funciona y es necesario repararlo.
En todas partes —no solo en Estados Unidos—, la gente está cubriendo la tierra. John Miller, apicultor comercial de Dakota del Norte, dice que el concreto es la última cosecha. Cuando la gente pone concreto para construir estacionamientos, caminos o casas, nada vuelve a crecer ahí.
Sin buena alimentación, la industria apícola de Estados Unidos no tiene futuro. Los agricultores y los gobiernos estatales y federales deben proporcionar tierras seguras para las abejas. Los defensores de los polinizadores han dicho todo esto una y otra vez a lo largo de los años.
Si no se obtiene suficiente comida saludable, la apicultura está destinada a volverse una empresa de engorda. El estrés gana. El Varroa gana. Todos perdemos.
Las opiniones recogidas en este texto pertenecen exclusivamente a Kim Flottum.
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