miércoles, 10 de julio de 2013

«Muchos compañeros han tenido que dejar la apicultura»

Julio Sierra es la cabeza visible de un gremio que teme la llegada del avispón como si del mismo diablo se tratase. 
Tiene muy presente el ejemplo vasco, en el que la 'Velutina' ha dejado un panorama desolador tras su paso. -¿Están asustados ante la llegada de la 'Velutina'? -Tenemos mucha incertidumbre, porque todas las noticias de la avispa que nos han llegado son malas. 
Parece ser que hay pocas administraciones dispuestas a colaborar, tan solo La Rioja, País Vasco (abanderando su lucha) y Francia, que fue el primer lugar donde se identificó como especie invasora. Creemos que en La Rioja es donde más mecanismos se han dispuesto para detectar la llegada del avispón. Los apicultores hemos colaborado en la colocación de las trampas y el Gobierno regional nos ha facilitado el material para confeccionarlas. -¿Hay motivos reales para la alarma social? -La avispa no solo hace daño a la abeja, eso es una pequeña parte de la incidencia que tiene sobre la sociedad. 
Es mayor el daño social que el que sufren las abejas, pese a que fulmina muchas colmenas. En Francia hay casos de muerte provocada por la avispa asiática, que tiene un aguijón de 6 milímetros y si te escupe el veneno a los ojos te puede dejar ciego en un plazo de cuatro días. Si le presionas el vientre y te cae veneno sobre la piel, llega a hacer reacción. 

El Gobierno francés se ha declarado incapaz de controlar esta plaga, en favor de empresas privadas de exterminadores. Eso implica que el señor que tiene un avispero en el árbol de su jardín no pague por retirarlo y la especie se extienda más aún. 
-¿Es posible calcular el impacto económico que tendría en La Rioja? 
-Es imposible calcularlo, porque aún desconocemos cómo será su paso por aquí. Estamos pendientes de enviar un comunicado conjunto de las asociaciones apícolas a las distintas comunidades para que, a su vez, lo remitan a la Administración central y llegue a Bruselas. 
Actualmente se investiga por distintas vías y es posible que aquí estemos invirtiendo tiempo en investigar algo que ya conocen en Francia, por lo que pedimos que Europa las coordine. De momento, con los métodos que se utilizan, se están matando moscas a cañonazos; solo una tercera parte de las avispas sale del nido y acabaríamos matando solo a una cuarta parte de ese 30% que abandona el avispero, por lo que nunca conseguiríamos acabar con la avispa asiática. 
-Han mantenido reuniones recientes con apicultores guipuzcoanos, ¿cómo lo están viviendo ellos? 
-Están desolados. Hay gente que ha tenido incluso que dejar la apicultura. Hay que tener en cuenta que la avispa necesita otros insectos para comer y ataca a la fruta, por lo que a la agricultura le va a hacer también mucho daño. El productor de fruta que reciba su ataque acabará fumigando con insecticida a espuertas, en perjuicio de la calidad de su producto. Mi postura es clara: no tenemos que matar avispas, sino avisperos. Fuente el Correo.com

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